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En ocasiones, de repente y sin previo aviso, todo lo que te rodea habla de un mismo tema; esta vez y sin saber muy bien porqué sólo oigo hablar de besos. Hace un par de semanas oí una de las frases más bonitas que he oído nunca:

“La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición." Es de E. Ludwig, escritor alemán del siglo pasado.

Y eso me ha hecho pensar; qué raro, yo pensando, eh?; y lo más curioso es que piense tanto en besos justo cuando es la temporada más larga que he pasado desde que recuerdo sin ninguna relación que dure más de ¿una noche?.

Ya que pensaba tanto en besos, decidí investigar sobre el tema y, claro, he descubierto que hasta el kamasutra tiene un capitulo dedicado a los besos, con un catálogo de 30 besos distintos, qué curioso! Si lo lees, has dado en alguna ocasión casi todos ellos.

Por otro lado, hoy he leído un blog en el que hablaban de los besos y decía, muy justamente, que cada día más estamos perdiendo los besos como hechos sexuales en sí mismos para que sean meras concesiones al “romanticismo” mal entendido y cada vez tienen menos peso; como si fuesen meros compases de inicio ensayados y coreografiados en relaciones que cada vez tienen menos de personal y más de puramente físicas; ¿acaso cada vez nos volvemos más extravagantes a la hora de elegir compañero sexual? ¿Será la necesidad imperiosa de NO tener pareja lo que nos conduce inexorablemente a estas elecciones (en la mayoría de casos) desacertadas?

Y eso nos lleva, una vez más, a cuestionarme si en realidad no quiero tener una pareja estable o estoy tan terriblemente asustada ante el hecho de volver a sufrir que cierro en banda todas y cada una de mis posibilidades; joder, si es así, es terrible, no?

¿Si nunca damos un primer beso de verdad, nunca llegamos a rendirnos?